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jueves, 18 de noviembre de 2010

La magia del mar




Tal como probablemente diría mi querida tía Niza "algo tiene el mar...podría quedarme eternamente junto a el". Así se siente ella, yo, y miles de personas a lo largo de la historia.

No se puede negar el enorme poder que éste tiene. Partiendo con la simple idea de que es fuente de toda vida (los científicos creen que la vida que conocemos surgió del agua), por lo que desde el origen del tiempo se le relaciona con la Creación, Vida, Madre. Miles de civilizaciones han adorado a muchos dioses del mar, quienes poseían una enorme fuerza, tanto física como espiritual, podían lucir como ancianos sabios, estrictos y monstruosos o como jóvenes, bellas y puras con misteriosos poderes.

La humanidad se ha sentido atraída por este enorme y misterioso poder, no se sabe porque, pero el mar nos entrega paz, alivio, claridad... con su infinita calma y paciencia nos enseña a pensar y meditar, nos entrega una energía tan poderosa, que neutraliza y purifica todo nuestro ser, y si nos concentramos, logramos olvidar y solucionar todos nuestros problemas.


Si escuchamos con atención, constantemente nos habla y ese hermoso sonido de las olas al chocar con la arena...un sonido tan único y distinto, que nunca se repite, pero al mismo tiempo forma una hermosa melodía, perfectamente progresiva y armoniosa; nos enseña y demuestra que todo es un ciclo: a partir de una pequeña brisa, el mar comienza a agitarse, avanza con sutileza y cada ves se nutre de lo vivido volviéndose mas grande y fuerte. Cuando todo parece ir bien y esta en la cima de su existencia, comienza a desmoronarse, la arena es un obstáculo para ella, quien finalmente le quita su energía y la hace caer. Pareciera ser el fin de la ola, pero ella no se da por vencida, retrocede y vuelve al comienzo de su aventura, llevando consigo lo aprendido.Vuelve a intentarlo retomando así el eterno ciclo sagrado, el eterno movimiento, que nos permite avanzar y progresar, pues lo importante no es llegar a la cima, si no levantarse desde la profundidad logrando así la luz.

Esta dualidad es la mayor enseñanza que podemos recibir del mar. La vida tiene sus altos y bajos, puede ser poderosa y oscura, como las tormentosas noches en el mar, pero también clara y tranquila como un hermoso amanecer en primavera, donde los rayos del sol convierten al mar en un infinito horizonte plateado. Los días aparentemente soleados, pueden volverse grises repentinamente, como las noches opacas pueden retirarse y enseñarnos la grandeza del cosmos.

Los invito a visitarlo, báñense en el, siéntanlo, escúchenlo, obsérvenlo, les aseguro que vivirán un hermoso momento y llenaran su alma de una energía pura y poderosa.


Déjense nutrir por la magia del mar.




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